domingo, 21 de octubre de 2001

DIME QUÉ PREGUNTAS

Un sincero “fan” habría preguntado algo mejor a Ricardo Arjona, que ciertos “comunicadores”...

En estos días se observa un aumento de casos de gente que presenta los síntomas del “Síndrome Viene Arjona”.

Los afectados se sienten orgullosos de asegurar que recuerdan muy bien cuando Ricardo vivía en la zona 18 y que hasta jugaron básquetbol con él. Otros dicen que tenían un amigo cuyo sobrino fue alumno de Arjona profesor. Y claro, les creemos.

Hay casos en extremo graves: estuvieron en la misma aula de la USAC o lo vieron bajar de una camioneta urbana hace años (sí, de verdad les creemos) y juran que nunca dudaron que triunfaría, aunque nunca compraron ninguno de sus primeros casetes o discos de vinil, ni sepan cuál es el álbum que a él le da vergüenza.

Diga que sí les cree que tienen a un primo o a un vecino cuya hermana vivía “antes” cerca de la casa del artista. Con su resonante éxito, son muchos los que quieren sentirse angelitos de su asunción.

Arjona Superstar

En la rutina de este país del viceministro sacado de un taller de mecánica, de diputados con letra de niño de primaria y niños bien que quieren ser artistas de la noche a la mañana, Ricardo Arjona vino a recordarnos que la mediocridad se puede erradicar, pero de uno en uno, porque él no debe su ascenso a accidentes de la suerte o a las urnas electorales, sino al trabajo, la persistencia, la imaginación y la paciencia.

Entonces se supone que cuando viene y podemos preguntarle cosas, debe ser de algo relevante, meditado, digno.

A la conferencia de prensa (donde hubo una gota de micrófono para cada “medio”) no faltaron los colados, que al fin y al cabo tienen su mérito. Oí interrogantes ociosas, saludos tipo ¿te acuerdas de mí?, y anécdotas previas a la pregunta, como advirtiendo “lo sabemos todo de vos”. Pero si es así, ¿para qué preguntar?

Respuestas con pregunta

Lector, lectora, si fuera usted el artista ¿qué contestaría a esto?:

“Si pudieras regresar en el tiempo, ¿a qué época de tu vida te gustaría regresar?”. (El dijo que a ninguna porque se siente feliz viviendo ahora).

Otra persona, de una revista juvenil, “¿Qué onda?” (o algo así), le pidió “un consejo para los jóvenes”. Usted, ¿qué aconsejaría?

Un clásico se volverá el clavo producido, actuado y dirigido por la reportera de una radio: “Cuando eras joven jugabas básquet... quise decir, más joven, bueno... ¿todavía juegas?”.

Uno muy novelero

El de Galaxia La Picosa contó un culebrón: “Tenías una novia española en Guate... terminaste con ella... luego fuiste a buscarla...y después parece que quien salió volando por la ventana fue el otro novio”. Y todo eso, fue para preguntar: “¿Qué se siente ser la bandera de Guatemala en el extranjero?”.

Arjona le aclaró que la historia se la contaron mal y con mentiras. Y después le preguntó: ¿Que qué se siente ser qué?

Otros tres botones

I. “Antes quiero saludarte y decirte que nuevamente bienvenido a Guatemala, te queremos, te admiramos y nos gustan mucho tus canciones, blablabla...” (con razón después no alcanza el tiempo).

II. ¿Alguna vez soñaste que estaríamos aquí reunidos nosotros frente a ti preguntándote esto? (¿Qué esperaba que le dijera? ¿Que no? ¿Que sí? Además, en cualquier manual de periodismo se recomienda no hacer preguntas cerradas, de “sí” o “no”).

III. Viajando por la carretera de Antigua, ¿pensaste que podías llegar a tener tanto éxito como el que tienes ahora?

No seamos aldeanos

Es cierto que somos un pueblón con edificios y embotellamiento de carros. Que Arjona se ha convertido en la más notable figura internacional de esta generación de guatemaltecos, pero hay que saber llevar la emoción, la admiración y el trabajo de comunicadores. Los medios masivos tienen muchas más funciones que la recreativa.

El se portó amable, sonriente, amigable durante la conferencia. Es su trabajo, pero, ¿cómo nos verá?, me pregunté.

En una fotografía que le tomé el martes 16 por la mañana, está sentado, pensativo, lejano, sin nadie cerca. Recordé lo que Simón Zelotes le dice a Jesucristo Superstar: “Míralos, creen que han encontrado al nuevo Mesías; ¿qué harán cuando se den cuenta de que están equivocados?... Hay demasiado cielo en sus mentes”.

Por : Gustavo Montenegro
Fuente: GUATEMALA, Prensa Libre.

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