viernes, 19 de octubre de 2001

ARJONA, GALERÍA REBELDE

Clave de colonización. Será la conquista, la mitohistoria, la fascinación por ese encuentro violento de culturas. Tesis, antítesis, síntesis, pues, de etnicidades, de contradicciones, de regreso a los primeros principios. Etnohistoria (o talvez etno-histeria). Una yuxtaposición de imágenes, de iconografía mágico, de un caribe también mágico. Galería Caribe, galería rebelde, que le juega vueltas a la historia, tantas que se convierten en los círculos recurrentes de cien, mil, dos mil años de soledad, entre la espada y la cruz. Bar La Conquista genial.

Galería de la historia, con contenido político: "Carabelas cargadas de malos presagios, emisarios de la trampa y de la colonización, tocan tierra provocando un gran naufragio, cargados de demonios y una nueva religión, pisaron tierra de Guanahaní, bienvenida la desolación... Esos sueños de estafa y de saqueo, ese gusto por el oro y esas ansias de poder, es el cáncer que aún enferma al heredero, es la historia de una tierra condenada a padecer. Pero el negro, el indio y el español se mezclaron para darle un gusto a Dios".

Historia del triunfo de la humanidad. Somos diversos, pero somos uno. Qué extraño es eso de unidad en la diversidad. Quién lo entiende.

Es el cuento del Caribe de la América prehispánica. "Tiempos de colonización, sometimiento y fusión, de independencia y muerte". ¿Cuánto ha cambiado nuestro mundillo? Mujer, tierra, madre.

"...independencias y muerte, se dibujan sobre tu piel, Mujer de Guanahaní, recompensando el destino. Tienes el cuerpo de un sueño, de la historia que duerme en tu vientre, hija de este mar de la esclavitud, de un conquistador, de un indio taíno, y del tiempo. Eres invento del mar que no te deja pensar, que mata con la mirada. Si el pasado es incierto en tu historia, no se tapa el sol con un dedo. Princesa de cobre, alga y corazón...".

El arte de Arjona debe leerse, antes de escucharse. Y para entenderlo nos sirve la clave de los opuestos encontrados cara a cara. "Tú caviar y yo tortilla... cómo se sufre en ambos lados de las clases sociales... si el norte fuera el sur... qué saben Fidel y Clinton del amor... Verbo no sustantivo".

Contradicción, choque, roles invertidos, vestidos de historias con las que todos nos identificamos. En cuestiones del amor siempre habrá daños a terceros. Siempre, talvez, terminamos escogiendo con la cabeza lo que es del corazón. He ahí, corazón y cabeza, sentimiento y razón, lucha interna (o internalizada). Esa lucha universal, binaria, dicótoma, maniquea casi, es el éxito de Arjona.

Y en Galería Caribe no sólo es la historia de la conquista cantada. No, no sólo es tiempo, es también espacio. Desde las islas y el Mar Caribe, Arjona parece haber descubierto el cordón umbilical de newyoricans y de los dominicayork, ¡ahhh!, con ritmos cubanos.

"Y qué hace un caribe en Nueva York que no sea pasar frío y calor engañando a la soledad". La guagua aérea, pues, esa de pueltolico, las erres con erre, cigarro, barril, ha desaparecido; pregunto, ¿qué hace un indio en Nueva York? Cierto, también, evadir la soledad entre frío y calor.

Ni qué terrorismos, ni qué virginidad protegida, ni qué celibatos eternos. "Ha nacido el Mesías en Nueva York... tiene un socio en Japón, otro en Afganistán, promueve el cambio y se ha ganado enemigos... la iglesia lo acusa de hereje, y el Pentágono de terrorista... se ha suicidado un magnate en la Gran Manzana, se lee en la portada del New York Times, y una nube de dudas le hace sombra al sol". El FBI se acerca a Arjona. Exagerados. ¿Y qué hace un chapín en Nueva York?

Gracias por alejarme por unos momentos de la agonía de este maldito gobierno. Tu show no tiene nada que envidiarle a lo mejor de Nueva York, Londres o Madrid. Si fueran 12 las presentaciones, las 12 llenarías.

Arjona es eso, ciudadano del mundo, quien tuvo la fortuna de nacer aquí. No seamos aldeanos. Se disfruta más si entendemos sus dimensiones de tiempo, espacio, choque de opuestos, y de realidades invertidas, con las historias de una Galería rebelde nacida allá, en los calores del Caribe.

Estuardo Zapeta / zapeta@pleyadesglobal.com
Fuente: GUATEMALA, Siglo Veintiuno.

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