jueves, 28 de septiembre de 2000

EL CANTAUTOR INCURSIONA EN LOS RITMOS DE ESA REGIÓN EN SU RECIENTE DISCO

La visita de Arjona al Caribe, sólo un chapuzón; ''mi música, igual''

El guatemalteco niega fines estéticos en su trabajo; ''prefiero trasmitir emociones'', dice

El cantautor guatemalteco Ricardo Arjona, quien se encuentra en México para promover su reciente producción, Galería Caribe -''me fui a esa región para vestir mis canciones de tambores, síncopa y melancolía''-, dice que las contradicciones en las que ha entrado (como el hecho de que un ex artista callejero ahora ve la ciudad desde la parte más alta de un hotel de lujo) son símbolo de su propia evolución.

''Soy abierto; trato de seguir aprendiendo siempre y de no creerme que soy el gran poeta o incluirme en el canasto de los cantautores de siempre; sólo procuro hacer mi trabajo de la manera más decente, lleno de emoción. No ofrezco un lenguaje disciplinado y apegado a las reglas, sólo le ofrezco a la gente un tipo que explica lo que a veces lo golpea y emociona".

-Las contradicciones que me cuentas son las de un tipo que relata cuestiones cotidianas y que aún se roza con esos inframundos que sirven de inspiración; sin embargo, hay gente a la que todavía no convences.

-Sigo inspirándome, viajando. El estar en contacto con la gente para mí es fundamental. Lo mejor es estar en contacto con los pintores que me han llenado de imágenes. Para mí lo más importante es que mi trabajo me guste a mí, aunque se escuche egoísta. No puedo gustarle a todo el mundo. Lo que pasa es que me colocan en un lugar de cantautor, y la verdad hay una brecha generacional gigante entre los grandes cantautores (algunos de ellos de protesta) que han pisado este lugar y yo.

El título de poeta, cuando me muera

El creador de los discos Si el norte fuera el sur, Jesús verbo, no sustantivo y Sin daños a terceros apunta que es un tipo sencillo. "No soy Vallejo; el título de poeta que me lo pongan cuando muera. Ese mundo del seudointelectualismo, que es riguroso en sus esquemas, está compuesto por gente que lo sabe todo y que ya no puede aprender más. Los seudointelectuales se preocupan por apuntar su frustración hacia las cosas que no les parecen profundas'', dice en cuanto a la sencillez casi simplona de sus letras.

Y se defiende: ''Al principio de mi carrera, cuando no tenía ni para pagar la renta (ahora sale hasta pa' la suite presidencial), me convertí en una especie de banderita, pero para ellos es imperdonable que las cosas me marchen bien, (parece que) para convencer hay que estar jodido de por vida. Yo sigo siendo exactamente el mismo''.

Arjona estudió la carrera de ciencias de la comunicación en Guatemala, aunque la única comunicación que ejerce es la musical con un público cautivo, que se ha ganado a pulso. ''Me parece fantástico que la gente adquiera mi trabajo, nada más porque es el nuevo. Eso habla de una comunicación que no necesita intermediarios''.

-¿Galería Caribe es algo que recogiste en algún tiempo y lugar de tu ser nómada o sólo fue un sueño?

-Fue parte de un sueño o de un viaje; no obstante, pocas veces me atrevo a definir cosas de mí, pero en este caso es una travesura que tuvo un asesoramiento profesional con una partida de músicos increíbles del Caribe, quienes me ayudaron a realizar este proyecto.

Entre esa gente que menciona para concretar este proyecto -que nació luego de un viaje, con guitarra en mano, por una región caribeña de Guatemala- están el puertorriqueño Cuco Peña, ganador del Grammy; el trompetista Arturo Sandoval, el percusionista Giovvany Hidalgo, el grupo Guaco de Venezuela y ''un montón de gente que me ayudaron con ese espíritu del Caribe que no tenemos quienes somos de tierra firme''.

Sobre su aventura por esa región, dice: ''Esos músicos me permitieron vestir mi trabajo. Me metí en una especie de boutique y ellos me vistieron con los ropajes de la música del Caribe. Salí de esa tienda pero no significa que voy a tener el swing caribeño, sigo siendo yo... Fue la manera de echarme un chapuzón solamente".

-¿Fue sólo una abstracción de esos lares?

-Realmente me vestí de caribeño, aunque se oiga raro, y tiene su chiste porque sigo siendo yo; no es que quisiera incursionar en el mundo de la salsa; no soy salsero ni merenguero ni lo seré nunca; he sido admirador de esa música durante mucho tiempo.

Y como él mismo lo relata en un texto referente al álbum: ''En la música de esta región, los laboratorios son los conciertos, las fiestas, los bares, que se depositan en los cerebros y corazones de todos los músicos de allí'', que por supuesto, ahora están muy de moda... y venden.

Juan José Olivares
Fuente: MÉXICO, Jornada.

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