viernes, 24 de abril de 2009

Ricardo Arjona: “Escribo para exorcizar mis fantasmas”

Sus conciertos de Barcelona, Madrid, Valladolid y Santa Cruz de Tenerife, han colgado el cartel de ‘no hay entradas’

El artista durante su charla con los medios de comunicación en Casa de América. (Eduardo León)
Las estrellas de la música hoy día se construyen, pero Ricardo Arjona se ha hecho a sí mismo. Su historia es la de aquel que un vez fue despreciado por las discográficas e ignorado como aquello que no vale la pena. Su tozudez le permitió lograr el éxito a través de canciones construidas en su verdad y en la verdad de otros.
Si hay algo que desmitifica a este gran artista son sus historias pulidas en las noches de soledad o en medio de una copa de vino. El guatemalteco ha construido palabra por palabra las realidades y los sueños de muchos seres que cada vez lo reivindican como un personaje leal, honesto y muchas veces arrogante.

En su rueda de prensa de Madrid, Arjona se mostró tal y como es. Nada de luces, nada de poses de divo. El diálogo que mantuvo con la prensa reflejó a un cantautor puro, que le importa más su estabilidad emocional que el dinero.

Vistiendo una chaqueta de rayas diplomáticas, con su pelo medio largo y luciendo una barba de tres días, Arjona apareció en Casa de América con un retraso de más de media hora.

Sin dar espera a nada, el poeta urbano, como le dicen, manifestó que se encontraba pletórico ante la expectativa que ha generado su gira de conciertos por España. Sus directos -en un hecho sin precedentes en un artista latino en la Madre Patria-, agotó semanas atrás todas las localidades. Ciudades como Barcelona y Madrid colgaron el cartel de ‘no hay entradas’.

¿Por qué has tardado tanto en venir a España?

No se había dado la posibilidad e intervenían muchos ángulos en esta historia. El pertenecer a una compañía de discos y luego a otra empieza a jorobarlo todo.

¿No será que esperaste a que hubiera bastante inmigración para dar el salto?

Puede ser. No sabes el gusto que me va a dar que mucha de la gente que hace posible que estos conciertos estén llenos, sean paisanos. No estamos confundidos en ese sentido. Sabemos que venimos a cantar a nuestra gente y a algunos españoles que se suman a este asunto. Nosotros los latinoamericanos estamos muy orgullosos de pertenecer a ese lugar. Tenemos nuestra manera de hablar, nos gusta la vida, la fiesta. Y cada vez que nos podemos reunir lo disfrutamos mucho. Y si eso va a pasar aquí me va a encantar.

¿La asignatura pendiente para Ricardo Arjona es el público español?

No, no. En serio te lo digo, yo soy un tipo que me la paso bien. No ando en las complicaciones. Ya no me levantaría a las seis de la mañana para ir a hacer una entrevista de radio, y miren donde lo estoy diciendo; soy un suicida. No sufro por querer conquistar otros mercados. Trato de hacer las cosas de una manera sencilla. Que sea una comunión que se dé. Nada más incómodo que un tipo quiera hacer amigos en una reunión: ‘Hola yo quiero ser amigo de ustedes’. Automáticamente caería mal. Yo estoy acá, expongo mi trabajo y el que se quiera sumar que se sume; lo voy a celebrar muchísimo. He dicho en muchas oportunidades que yo hago mi trabajo de una forma bastante egoísta y, además lo digo así, porque es la verdad. Hago canciones para que me gusten a mí. Yo trato que el concierto, la puesta en escena me guste a mí, que me emocione; si lo logro, lo más probable es que tenga muchas posibilidades de emocionar a alguien más. Es así como funciona, pero no es que yo tenga la estrategia o el objetivo claro de vamos a conquistar y vamos a hacer esto. Creo que una de las mejores opciones que tiene un tipo como yo de poder venir y seducir a alguien -en el mejor sentido de la palabra- es que me vea haciendo lo que realmente hago para vivir.

Venir aquí es empezar de nuevo, de cero…

Recomenzar como lo estamos haciendo aquí en Madrid es una maravilla, es una oportunidad fantástica, ojalá que pueda seguir teniéndolas el resto de mi vida y de mi carrera porque te hace aterrizar de nuevo, y aterrizar es bueno, reempezar es bueno y, al mismo tiempo, mantener contacto con la calle y las cosas que te vieron nacer refresca mucho. Te da un nuevo aire y un motivo más para seguir luchando.

Muchos dicen que eres una persona distante, encerrado en ti mismo, que rechaza siempre asistir a una entrega de premios…

Aunque uno no lo crea uno resulta un tipo que está lejos de la gente. Uno viene a un lugar y después regresa al otro año y eso te convierte en un tipo distante, sin lugar a dudas. ¿Lo de las entregas de premio? No sabes lo que me gustaría ir, ahí están las mujeres más guapas, pero hay una enfermedad terrible de timidez y de vergüenza en mí, que para pasar por una alfombra roja me tendrían que llevar amarrado. Pero no es por un asunto ni de prepotencia, ni de que no me guste, es por un asunto de incomodidad.

¿Eres una persona difícil?

Eso depende. Seré muy fácil para una persona y difícil para otra. De eso se trata. Yo creo que uno tiene que darse el chance de que tu personalidad se adapte o proyecte y no jugar al relacionista público toda tu vida porque es terrible. Creo que yo soy complicadillo para mí, más que para la gente.

Hace poco visitaste Macondo, Aracata, la tierra de Gabriel García Márquez, ¿por qué lo hiciste?

Por necio hermano. Uno de los riesgos más grandes que he pasado en mi vida lo pasé en ese viaje a Aracataca. La verdad que fue tremendo. Vimos llover en Macondo. Yo pesqué una gripa terrible que prácticamente me cerró la garganta. Me emocioné mucho que me mojé con todo lo que pude. La idea de ir a Aracata era para respirar un poquito el aire de García Márquez; mantener contacto con las cosas que él vio.

Tus canciones son muy profundas, ¿cómo haces para escribir un tema?

La verdad es que es muy difícil. Creo que hay un poco de instinto. A mí me gusta mucho escribir porque es la manera de exorcizar un montón de fantasmas que traigo adentro. Yo me considero el más irresponsable de los músicos y el más loco de los escritores, porque es la verdad, le tengo muy poco respeto a todas las reglas gramaticales y a las reglas musicales. Soy muy descuadrado musicalmente a veces, porque le hago incluso más caso a lo que quiero decir. Yo no sé si son sublimes o mundanas, yo no sé si son interesantes para los demás o no, lo cierto es que son interesantes para mí.

Arjona también mostró interés por descubrir sus orígenes gaditanos, los cuales no olvida. Ejemplo de ello es que la biografía que él mismo escribe en su página oficial empieza así: Yo nací en Cádiz, España, en el año 1855. Me llamaba Juan Arjona. Mis padres fueron don José Arjona y doña Josefa Vartelo (...) A los 8 años mi padre me regaló una guitarra y me reencontré con Juan, mi bisabuelo español, que quiso ser músico hasta que la tuberculosis le arrebató la vida. Quizás fue por eso que cuando tuve el instrumento en mis manos fue como reencontrarme con mis ancestros, tan lejanos, inciertos y desconocidos como las profundidades del mar y del tiempo que nos separaron siempre”.

Víctor Sánchez Rincones
Periódico Latino - Madrid, Madrid, Spain

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