sábado, 1 de noviembre de 1997

REALIDAD Y CAOS HUMANO

A la entrada del Poliedro, cola. A la salida, cola. Se sabe que para mantener el orden y la disciplina en un lugar público, donde suele asistir una cantidad considerable de personas, se necesita hacer cola para acceder y salir del recinto. Pero en este caso, el personal que manejó la ``logística'' del concierto sólo se remitió a desfilar unas franelas enumeradas ¿acaso era un juego de bingo? ``45, 15, 18'', mientras que el resto sólo corría de un lado a otro sin saber qué hacer. No hubo una adecuada señalización desde la entrada del coso de La Rinconada. Y, una vez que se lograba evadir el infernal tráfico, la anarquía reinó por doquier. Todos se acomodaron donde pudieron, con tal de ver al ídolo. Cuando muchos pensaron que la pesadilla había terminado, se encontraron con otro despelote en la entrada del propio Poliedro. ``Los boletos en la mano, por favor'', gritaba uno de los chicos de la ``logística'', mientras desaparecía la fila y surgía una avalancha humana que clamaba por Arjona. Se supone que, por lo menos, debía existir un detector de metales, pero ni siquiera. Por decencia le revisaron los bolsos a las mujeres, pero de resto, una leve inspección superficial. Quizá la anécdota podrá servirle a Ricardo Arjona para escribir otra canción que hable de realidad y caos humano

Fuente: VENEZUELA, El Nacional

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