sábado, 1 de noviembre de 1997

EL PÚBLICO SE RINDIÓ ANTE EL CANTAUTOR

Fue un encuentro íntimo a pesar de las casi diez mil personas que se congregaron para escuchar sus historias. Aquellas producto del amor y el desamor, de una vida compartida con la persona deseada o de una relación en la que la costumbre es más fuerte que el amor. Y, todos atentos, escuchaban consejos, reían y lloraban cuando Ricardo Arjona, entre canción y canción, lanzaba aquellas certeras frases que grandes y chicos, hombres y mujeres, solteros y casados celebraban.

A las 9:10 pm las luces cedieron y los gritos de féminas desenfrenadas le dieron la bienvenida a los músicos que se paseaban por una tarima que se convirtió en una cuadra con hotel, kiosco de periódicos, bar, plaza y faroles. ``Noticiero'' abrió la noche y a partir de ese momento no hubo momento en que ``este coro magnífico'' -como Arjona definió a los presentes- dejara de cantar junto con el trovador guatemalteco.

Con su melena suelta, vestido de negro de pies a cabeza y su camisa a medio cerrar, Arjona interpretó los temas que lo han convertido en todo un ídolo latinoamericano. Así vinieron ``Taxi'', ``Se nos muere el amor'', la celebrada ``Si el norte fuera el sur'' -con Simón Bolívar en la letra-, ``Me estás jodiendo''. Y mientras, Arjona se paseaba de un lado a otro del escenario, dejaba cantar a su multitudinario coro, para luego abrir sus brazos y aplaudir en señal de agradecimiento. Gesto constante de la noche.

``Te conozco'' marcó el falso final. Pero el público pedía más poesía, más música y Arjona complació sentado en un banco de la plaza con guitarra en mano para celebrar la vida con ``Una estrella'', alabar con ``Jesús es verbo, no sustantivo'', reprochar con ``Me enseñaste'' y admirar con ``Mujeres'', la última de la noche.

Fueron más de dos horas de concierto, de buena música, mejores letras y un sonido que desde el principio no estuvo a la altura. Sin embargo, el público salió satisfecho con el carisma y la sensibilidad de un trovador que a través de su poesía dice las verdades que pocas veces se quieren oír.

LEYENDA:

El público salió satisfecho con el carisma y la sensibilidad del trovador

Fuente: VENEZUELA, El Nacional

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