sábado, 12 de octubre de 1996

ARJONA: NO SOY COMPOSITOR POR ENCARGO

Hay una sátira cotidiana que es común en todos nosotros: “La vida misma”; frase llena de sarcasmo, en la que existe una profundidad devastadora de la realidad, que ha hecho de Ricardo Arjona un cantautor polémico en la última década de este siglo.

Sus temas bien pueden hablar de la conceptualización de las “Mujeres”, pasando por la “Señora de las cuatro décadas” sin dejar a un lado la visión de que “Jesús n es verbo, es sustantivo” y aún más, el soñar que “Si el norte fuera el sur” la vida de todos los latinoamericanos sería completamente distinta y hasta en Guatemala existiría un Disneyland.

Así es Arjona, un hombre que aunque no quiera usar el mote de compositor –porque él no compone sus canciones sino narra la vida-, ya que utiliza un lenguaje que entiende desde un albañil hasta un profesionista; a final de cuentas filosofa sobre la vida, sobre el acontecer del hombre, sobre los cambios sociopolíticos y económicos que rigen a la humanidad día a día.

El acoso del público te obliga a esconderte

Convertido en un cantautor comercial –ya que segura que al plasmar su firma en un contrato discográfico pasó a formar parte de las filas de los “comerciales”-, aunque no trivial, “la gente ha utilizado el consumismo como un sinónimo de lo trivial, soy tan vendible como el más underground de los cantantes”, comentó.

Lo que compongo me tiene que gustar primero a mí, dice el autor de “Señora de las cuatro décadas”.

En una ocasión Facundo Cabral dijo que él escribía para sí mismo que si corría con suerte de que sus letras y su música gustaran al resto de la gente “esto ya sería una bendición de Dios”; en el caso de Arjona se pudiera suponer que vive en la misma situación, ya que él compone para sí mismo y ha encontrado aceptación en el público.

En un hotel de la ciudad de México nos encontramos al guatemalteco. Ricardo, serio, con la piel despellejada por su último bronceado y en espera de ser cuestionado por Quehacer Político sobre su más reciente trabajo musical (“SI el norte fuera el sur”), encendió un puro, cruzó las piernas y tranquilamente escuchó nuestra primera pregunta.

-Ricardo, en tu caso ¿es válido comercializar con la fe, con el perdón, con la infidelidad, con las guerras, con los sentidos?

-Uno vive de su trabajo. Escribo sobre lo que se puede y lo que se encuentra. No soy un compositor por encargo, eso es terrible para el quehacer artístico. Cuando escribo nunca pienso en la gente ni en el público, ni en los medios de comunicación. Lo que plasmo en un papel me tiene que gustar primero a mí y después a los demás. Esta fórmula me ha resultado, es por ello que llegué a la conclusión de que yo, como humano, vivo, siento, pienso, lloro, sufro, al igual que toda la gente y eso me da la oportunidad de decir lo que otros callan.

Algo que ha caracterizado a Ricardo Arjona –en la mayoría de sus temas- es el hecho de la “No censura”. Tal y como siente, vive y observa los aconteceres sociales, los trasfiere a un trozo de papel y después son cantados por miles de personas.

-Dentro del vocabulario de Arjona, ¿existe la palabra censura?

-El único que puede censurar –para la gente que cree- es Dios, y hasta el momento no veo que él haya censurado nada; incluso nos deja violar niños y hacer guerras. Hay gente aquí abajo que se cree Dios, y por tanto siente tener la capacidad de poder censurar cosas. La única censura que debería existir es la de la propia gente, la que tenemos todos.

-En referencia a la censura, ¿cómo compositor tienes control cuando escribes?

-Puede ser, no quiero tener un control en la pluma. Mucha gente me ha dicho: “Tu haces negocio de todo”, y no es cierto, cada quien tiene su autocensura y sabe lo que puede o no decir y hasta que límites.

-Aunque no textualmente, tú mencionas mucho la palabra “burlarse” en tus canciones...

-Muchas veces...

-El burlarse, ¿es engañarse a uno mismo?

-No, yo no me engaño; sé que algunas cosas, como el que Disneylandia no va a existir jamás en Guatemala, por ejemplo, eso lo tengo claro, pero la burla es una de las únicas oportunidades que nos quedan para reírnos un poco de los problemas a que nos enfrentamos día a día. “El hombre tiene dos oportunidades: La primera es burlarte de ti, de tu medio, de tu entorno y la segunda es sufrir las consecuencias y, sinceramente, prefiero burlarme de mí y no padecerlo...”

-¿Qué habría pasado con Arjona “Si el norte fuera el sur”, además de cantar rap?

-Como ser humano quizá me hubiera dedicado a otra cosa que no fuera la composición o el cantar; pero por fortuna me tocó vivir en una tierra en la que no hay que olvidar que aquí se dio el boom de la literatura latinoamericana a pesar de que la Madre Patria es la madre del idioma que manejamos.

“El estallido literario se dio en esta parte del continente; por suerte o porque nos hayan dejado aquí a los que escribimos. Esta tierra de la que tanto nos quejamos, de este quehacer político negativo que se ha llevado a través de la historia, porque hemos sido explotados desde que los españoles de mediana calidad vinieron y violaron a nuestras indias, eso que es muy malo para vivir, irónicamente es muy bueno para escribir.”

“Creo que a través de las canciones nunca se han dado cambios sociales, pero irónicamente nunca ha habido cambios sociales sin canciones, es una ironía que está ahí latente”.

"Si el pasado te enseñó a besarme así

bendito sea el que estuvo antes de mí

no es dama la que se abstiene

dama es la que se detiene cuando encuentra

lo que tú encontraste aquí.”

(“Tu reputación”)

Ricardo Arjona se ha ganado la popularidad a pulso. No fue fácil sobresalir entre los artistas juveniles, pero hasta el momento su éxito abarca tanto a adolescentes como a damas de edad madura y hasta algunos hombres que se ven reflejados en las historias que narra el guatemalteco.

-A los conciertos de Arjona asiste todo tipo de público, ¿crees que las mujeres necesitan un ídolo y los hombres un héroe armónico?

-Lo que sucede es que América Latina ha carecido de gente que ejerza cierto liderazgo en los hombres; la mayoría de los cantantes masculinos son decentes, son muy educados e irónicamente las mal educadas, las agresivas, las rebeldes, han sido las mujeres y tú ya sabes a quien me refiero (Gloria Trevi), por tanto creo que no puedo concebir el hecho de que tenga en mis manos la posibilidad de poder cambia la personalidad de alguien o tomar la bandera de líder para dirigir la vida de los demás. No, realmente no hacen falta los ídolos y los héroes... cada quien escoge lo que más le conviene.

-Pero, de cierta manera hay algunos hombres que se identifican con tus canciones, caso concreto “Tu reputación” o “Abarrotería de amor”...

-En la primera melodía que mencionaste no es que esté dirigida al público masculino, más bien creo que esa canción se puede convertir en una especie de licencia para ciertas travesuras de las mujeres, ya que en el tema se habla de la chica fácil del barrio que pierde su reputación en la esquina; aunque de cualquier manera quise reflejar al macho que existe en mí, el que bebió el machismo del pecho de su madre y, por ende, no lo voy a poder cambiar, es algo que todos los hombres traemos por naturaleza y por ello existe “Abarrotería de amor”, la casa de citas en donde el joven se convierte en hombre comprando unos minutos de sexo.

Por otra parte Arjona dice estar consciente de que el hecho artístico puede adquirir caracteres de estallido que pueden resultar muy peligrosos para el exponente porque “la fama es una señora muy ligera; es realmente prostituible, de muy fácil manera, se te ofrece de manera sencilla, muy barata y si tus sueños se basan simplemente en ella después el golpe es duro”.

-Hace tiempo te quejabas de que la fama y la popularidad estaban robando tiempo al compositor. ¿Qué tan complicado fue conseguir este puñado de nuevas canciones?

-Cada vez se pone un poco más complicado. Siempre trato de fugarme un poquito para reencontrarme con las cosas que me vieron nacer como compositor: la calle, un lugar donde no me conocen.

-Arjona, ¿consideras que no has corrido el riesgo de convertirte en un intelectual de la canción?

-Voy a hacer una confesión que no hago desde hace mucho tiempo. Tal vez me divertía más cantando en un bar o en una calle, ya que en ese entonces no le tenía miedo a esa manera de sobrevivir porque aprendí a amar lo que hago.

“En aquellos tiempo –recuerda-, bajaba del escenario y me tomaba un trago con el cliente... era muy divertido... me quedaba hasta las dos de la mañana y la gente ya ni me pelaba; ahora, de repente me encuentro con la gente que me conoció en aquel tiempo y dicen que ya ‘se me subió’. Pero no se dan cuenta de que son ellos mismos quienes arman todo el esquema para que uno sea un poquito inaccesible”.

“Ojalá pudiera salir, andar por las calles y comerme un taco en una esquina como lo hacía antes y que el taquero me salude diciendo: ‘¡Qué pasó hombre!... como que tu disco no me gustó mucho... ¿de qué quieres tu taco...?’. Si fuera todo así normal, sería fantástico, pero es la misma gente la que te aprisiona de tal manera que provoca que te cuides un poquito más en los lugares públicos..”

“Además uno vive observando y esto te lleva a ser observado, es peligrosísimo...”

-¿Y cuáles fueron los últimos tacos que te comiste?

-Todavía me los sigo comiendo, aunque ya no con la misma libertad de hace varios años.

"Este es el noticiero de la mañana

el único que dice lo que le da la gana

después de un corte regresamos

con lo más completo de lo que soportamos”

(“Noticiero”)

Arjona ha hablado de la historia de un taxi, de un travesti, de una aventura, de la ilusión del amor, así como de la prostitución, pero quizá nunca había tocado el tema de la mejor compañera del hombre: la televisión, con la que despertamos y nos acostamos, la única fiel a nuestras vidas.

Actualmente la caja electrónica tiene como principal base de entretenimiento el amarillismo, el sensacionalismo de los hechos que acontecen día a día, situación que el cantautor define como una etapa de comercialismo pleno en la que se han vuelto cómplices los medios de comunicación.

“Quizá ‘Noticiero’ no hubiera nacido si un día no hubiera prendido la televisión y me diera cuenta que existen demasiados canales de información; hay un CNN, un ECO, un ABC, etcétera, que no dejan un solo minuto de informar, de aterrarnos, de enlodarnos el día al decir que una bomba ha estallado, que en África se están muriendo de hambre y que hasta ‘El chupacabras’ ha sido visto en el Canadá...

“Esta es la forma en que el hombre se entretiene, se distrae, se olvida de que existen otras cosas de mayor relevancia. Los dirigentes de los medios de comunicación sólo piensan en el consumismo de la gente; si un programa amarillista está teniendo éxito, la otra televisora ya está ideando algo más sensacionalista para acaparar la audiencia”, comentó.

-Por último Ricardo, a ti te gusta plasmar en tus letras la actualidad, los aconteceres pero, ¿cuál es tu perspectiva para el siglo XXI?

-Es muy complicado... la única perspectiva que tengo es la del día de hoy, mañana ni siquiera sé lo que voy a hacer. No me gustaría planificar un asunto del siglo XXI, prefiero evadir y barrer todas las cosas que me provocan sufrimiento y malestar, porque el hombre ha venido a la Tierra para ser feliz.

Fuente: MÉXICO, QP/44.