sábado, 7 de noviembre de 1998

DEFECTOS QUE SE CONVIERTEN EN ATRIBUTOS

Recital de Ricardo Arjona. Músicos: Víctor Patrón (teclados y dirección musical), Laura Vázquez (teclados), Algev Erosa (guitarra), Armando Montiel (percusión), Rodrigo Castelar (bajista), Waldo Wadera (batería) y Elizabeth Mez (coros). Teatro Gran Rex.

Ricardo Arjona llegó a la Argentina para ratificar aquello que de trovador le queda poco, si se tiene en cuenta la tradición de cantautores en América latina y España.

El músico mostró en vivo el resultado de una estética poblada de metáforas de corto vuelo. La receta de su personal estilo es sencilla: canciones que retratan lo cotidiano con dudoso gusto. Algunos temas hasta suenan a jingle de publicidad, como el caso del popular "Señora de cuatro décadas", que parece el aviso de un complejo vitamínico cuando canta: "Señora no le quite años a su vida/póngale vida a sus años".

En un clima intimista, el músico desplegó sus crónicas, lanzó sermones sobre las relaciones entre el hombre y la mujer y bajó línea a veces sin la atención necesaria de la platea, que le respondió arrojándole algún osito de peluche.

En dos horas de recital, el cantante recurrió a una puesta en escena parecida a la de un culebrón mexicano, pero cantado. La escenografía recreaba un living, donde estaban apostados los sólidos músicos de su banda.

El otro latino

Desde ese lugar Arjona abordó una temática muy variada con temas del corazón, pero siempre haciendo anclaje en la realidad y la política. Ese perfil, salvo por su nuevo look con pelo corto, lo llega a diferenciar del resto de los cantantes latinos.

Ningún Ricky Martin se animaría a nombrar al Che Guevara o a Fidel Castro. Quizá para hacer más notoria la diferencia con el universo de los románticos, aunque sus éxitos sean las baladas, el vocalista se refugia en un arco musical variado.

Abrió el concierto con "Ella y él", en ritmo de guajira, y lo enlazó con una versión en formato de son para la archidifundida "Historia de un taxi", saltó a un rock más cerca del pop en "Noticiero" y también pasó a un clima acústico cuando la pianista Laura Vázquez paseó por un solo tanguero en la canción "Tarde".

La sencillez de sus letras choca paradójicamente con cierta pretensión a la hora de lanzar frases del tipo "Olvidarte es creer que la memoria es un cassette para borrar...". Así se repite como una fórmula a lo largo de los 20 temas que componen el repertorio de este concierto.

Para la gente que llena la platea, que corea las canciones, que disfruta de sus hits radiales, éstos no son defectos sino brillantes atributos de un cantautor que sabe lo que quiere su público, que se identifica con sus temas y que les habla como no lo hacen sus novios, maridos o amantes.

Fuente: ARGENTINA, La Nación On Line

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