domingo, 1 de noviembre de 1998

ARJONA: EFECTIVO EN LAS CANCIONES Y EN EL SHOW

Más de cinco mil personas en su presentación del viernes

Pese a la fragilidad lírica que muchos ven en sus canciones, el guatemalteco sabe despertar a las masas. Es un ídolo adolescente, pero arrastra también a otros públicos. Esta noche hace su último show en el Monumental.

Arjona se impone. Pasea su figura por el escenario, deja que el público cante, recibe las flores que llegan desde la tribuna. Es el rey de la noche, lo sabe y lo luce. Las canciones de sus varios años de historia musical han contado en Chile con una más que exitosa difusión radial, convirtiéndose en hits que traspasan clases sociales y rangos etéreos.

En el Teatro Monumental el viernes -en la primera de tres presentaciones del guatemalteco en Chile- se reunieron cinco mil incondicionales, mayoritariamente mujeres, que corearon todas sus canciones durante las dos horas de recital.

Sin Daños a Terceros se llama el nuevo disco de Arjona, cuya gira promocional lo trajo a Chile a realizar originalmente dos presentaciones.

La demanda, sin embargo, obligó a programar una tercera para las 8 de la noche de hoy, que ya tiene gran parte de sus locaciones vendidas. Pese al álbum nuevo, Arjona centra su espectáculo en el repertorio antiguo, cuya efectividad consigue encender a todo el coliseo.

Porque el guatemalteco es efectivo. A las 10 de la noche comienza su show, con una secuencia de fotografías que lo muestran a él desde que era un niño, en medio de la impaciencia del público. Luego salen sus músicos y se sientan en un living al centro del escenario, actúan una conversación y se reparten los instrumentos. Recién entonces entra él, en medio de un histérico griterío que ratifica que Arjona no deja de ser, pese a la pretendida profundidad de sus declaraciones y su lírica, un ídolo de adolescentes.

Ella y El (la canción de la cubana comunista y el norteamericano republicano que se enamoran) e Historia de un Taxi (la canción del taxista pobre y la despechada mujer rica que también se enamoran) abren el espectáculo. Los músicos alternan el piano con la guitarra acústica y el saxo con las percusiones, en una correcta ejecución, que a ratos tiene lucimientos individuales. El resto de la noche, en todo caso la mayor parte, es sólo de Ricardo Arjona.

"Chile buenas noches", dice él. "La posibilidad hermosa de que estemos acá se debe a la coincidencia de que ustedes todavía están acá", es su saludo, casi tautológico, respondido con una ovación. Durante toda la jornada Arjona intentará dirigirse a su público para explicar sus canciones o dejar caer una reflexión, pero los histéricos gritos impedirán siempre que pueda hablar con calma.

Pero eso a él parece no importarle. Realmente No Estoy Tan Solo, Noticiero, Si el Norte Fuera el Sur, Tu Reputación, Señora de las Cuatro Décadas son los éxitos que canta a medias con una audiencia que lo ama totalmente, en cuyas filas también hay adultos, señoras de tres, cuatro y cinco décadas, pololos de admiradoras y varones seguidores del guatemalteco.

Te Conozco marca la primera salida del artista que regresa para cantar tres canciones y cerrar con Mujeres ("¿Qué hubiera escrito Neruda? / ¿qué habría pintado Picasso?", dice su coro). Es la medianoche y el guatemalteco agradece los aplausos. El ha sido el rey de la jornada y ha establecido los amplios límites de su reino. Sus canciones, cuyas metáforas -para algunos- coquetean demasiado de cerca con los lugares comunes, son clásicos para mucha más gente.

Por Jorge Leiva
Fuente: CHILE, La Tercera

No hay comentarios: