domingo, 29 de septiembre de 1996

LOS PUNTOS CARDINALES DE RICARDO ARJONA

'Si el norte fuera el sur' es el último álbum de este guatemalteco que retoma los temas que echan una mirada hacia sus raíces y su identidad latinoamericana. Grabado en Los Ángeles durante un lapso de seis meses, Arjona supo imprimir su sello personal a cada pieza que desentierra sus inquietudes y también sus esperanzas Con sensibilidad social y un gran sentir latino, Arjona irrumpe en la escena musical con un 'Si el norte fuera el sur'

LUCY REINOSO

CARACAS _ Notas de guitarra con tonos de rebeldía, la mirada puesta en el horizonte, dominando los cuatro puntos cardinales, cuestionando por momentos la contradicción humana y especulando cambio regresa al terreno musical Ricardo Arjona con su más reciente producción discográfica, titulada Si el norte fuera el sur.

El nombre del álbum apela a un conflicto que involucra el origen, las raíces y la identidad latina en contraposición con la cultura sajona. Esta manera de visualizar el mundo la sintetiza en una concepción musical muy propia de este guatemalteco, quien por hecho y derecho alza la voz y la deja libre para que llegue a los oídos de los que son capaces de discernir los misterios de la transculturización, claro está, sin ahondar en las llanuras del pensamiento fugaz o la vana reflexión.

Filósofo de vida, artista por vocación, idealista por condición y poeta por pasión, Ricardo Arjona pretende agitar los mares y causa revuelo con sus audaces composiciones. Letras para meditar y armonías para disfrutar conforman un disco que ya se perfila como cumbre en su carrera por su amalgama de sonidos, sentimientos e intenciones.

Durante seis meses estuvo encerrado en un estudio de Los Ángeles para grabar este álbum que escribió a golpes de latido y razón, donde desborda su sentir como guatemalteco. Pero no se limita a escribir de su tierra natal, pues Ricardo se atreve a componer también inspirado en San Juan de Puerto Rico, Colombia, Costa Rica y, desde luego, México, país que desde los inicios de su carrera se rindió ante su fuerza como cantautor.

Si el norte fuera el sur es el primer sencillo, que será lanzado simultáneamente en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Honduras, Belice, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Panamá, España, Estados Unidos y Venezuela. Catorce canciones componen el material con títulos como Noticiero, Tu reputación, Ella y él, Se nos muere el amor, Si el norte fuera el sur, Aún te amo, Abarrotería de amor, Duerme, Te acuerdas de mí, Cita en el bar, Me enseñaste, México, Tú y Frente al televisor.

Una radiografía latinoamericana Todas las canciones que conforman Si el norte fuera el sur emanan un olor latino, cargado de tufos de conflictos y exquisitos aromas de la calidez de la gente de estos pueblos. México, por ejemplo, es una pieza lograda, pulida, en la cual se hace gala de armonía y su facilidad para cambiar el ritmo. Del teclado al godspel y el mariachi, para regresar a la balada y luego cambiar sin hacer movimientos bruscos al rock and roll. Allí, Arjona habla desde Negrete, Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, Chavas Flores hasta la división del norte del país.

Su sensibilidad social y política se muestra claramente en Noticiero, en la cual utiliza un humor sarcástico para referirse a presidentes corruptos e impunes que han sido parte de la historia de las naciones latinoamericanas como el mismo 'Chupacabras', un mito que crearon los medios de comunicación amarillistas para levantar la sintonía.

Si el norte fuera el sur arranca con una crítica severa al comunismo, la masificación, la violencia y el sometimiento colonial que el norte ejerce sobre el sur. Luego de una parodia, Ricardo reconoce que el hombre es, como decía Goethe, 'la raíz del problema', para de nuevo reafirmar la inconformidad a las barras convertidas en barrotes y las estrellas en garrotes. En Reputación se hace una diferencia entre el amor que es solamente un disfraz y el amor como un sentimiento profundo. En este tema el machismo se ve vulnerado, los tabúes rotos, vencidos por la ternura sin miedos de quien se atreve a decir: 'Si el pasado te enseñó a tocarme así, benditos los que estuvieron antes de mí', para justificar que el deseo se justifica con el amor verdadero. Sin él, pierde trascendencia, se vulgariza.

Ella y él cuenta la historia de un neoyorquino y una cubana, de un republicano al mejor estilo de Robert Dole y una 'medio marxista'. Aquí el amor no necesita palabras, crea su lenguaje propio, con todo y final feliz, para acabar asegurando que 'lo que las ideologías dividen al hombre, el amor con sus hijos los une en su nombre', evocando el trasnochado tema de la Guerra Fría.

Y es que además de hurgar en los problemas de Latinoamérica, Arjona es capaz de entender y explicar el amor, como bien lo deja claro en temas como Abarrotería de amor, Duerme, Aún te amo, Me enseñaste y Te acuerdas de mí o de cuestionar la existencia de Dios. El es, en definitiva, un artista urbano que descifra bajo sus propios códigos las relaciones dialécticas que se presentan en este mundo contradictorio.

Fuente: VENEZUELA, El Universal