sábado, 22 de octubre de 1994

RICARDO ARJONA DEBUTÓ CON ÉXITO EN ARGENTINA

BUENOS AIRES (AFP).- El cantautor guatemalteco Ricardo Arjona, comparado por su estilo con el español Joaquín Sabina, se presentó por primera vez en Argentina, y con éxito, en el teatro Lola Membrives de Buenos Aires, colmado de fanáticos.

“Me siento muy feliz por estar en esta tierra bendita que e ha brindado cariño desde el primer día. Quiero devolver todo el afecto con mis canciones”, dijo el baladista para ganarse de inmediato al público.

Arjona, residente en México, presentó “Historias”, su última placa discográfica basada en narraciones frescas y melancólicas, en las que “abandoné el recurso del ‘yo’ para hacer canciones y me animé a contar cosas”.

“Te conozco”, “Señora de las cuatro décadas”, “Casa de locos”, “Historia de taxi”, “La noche te trae sorpresas”, “Del otro lado del sol”, “Jesús verbo, no sustantivo”, “Animal nocturno” y “Ayúdame Freud”, fueron los temas más aplaudidos. El intérprete, que ya editó los álbumes “Ricardo Arjona” (1990), “Animal nocturno” (1992) e “Historias” (1994), lanzará ahora su propio sello discográfico, “Ediciones de la calle”, con la que, explicó, “aprovecharé mi reputación para lanzar amigos con los que canto en los bares”. Arjona fue conocido ampliamente en Argentina el año pasado a través de su tema “Jesús verbo, no sustantivo”, difundido por radioemisoras locales para competir en un segundo segmento de seguidores de Sabina, el español Luis Eduardo Aute, el cubano Silvio Rodríguez, el dominicano José Luis Guerra o el argentino Fito Páez.

Fuente: ECUADOR, Diario “El Telégrafo”

1-10 1994 - UN LADRÓN DE HISTORIAS CONTEMPORÁNEAS

En entrevista telefónica con El Nacional, este trovador urbano reveló que rechazó el papel de “Juan del Diablo” en “Corazón salvaje”, porque sólo quiere jugar a ser actor en sus canciones. Asimismo expresó su deseo de venir a Venezuela a presentar su nuevo álbum “Historias”

Esa imagen de coplero errante, de juglar contemporáneo de negruzca cabellera, rudas facciones, mirar penetrante y un sinfín de composiciones que tienen como centro la sordidez que abunda en los distintos pasajes del laberinto urbano, convierten a Ricardo Arjona en uno de los cantautores más representativos de esta década.

Sin importar de donde viene, ni a donde va, este guatemalteco de 30 años –que escogió México para solidificar sus andanzas por el escabroso mundo de las sonoridades-, se define a sí mismo como un latinoamericano nato y poseedor de una particular forma de ver e interpretar este divino transitar humano al que llamamos vida.

Su discografía se inicia en su natal Guatemala con “Déjame decir que te amo”, disco al que siguió “Verbo, no sustantivo”, álbum que se convirtió en uno de los más vendidos en Centroamérica.

Ya en territorio azteca graba con Sony Music “Animal nocturno” –del cual sonó en nuestro país el tema “Mujeres”- producción que él mismo compuso y dirigió. Hoy con cientos de presentaciones a cuesta, un largo trecho andado en los avatares de la fama, y un trabajo discográfico pleno de verdades remozadas por sugestivas y bien logradas metáforas, Arjona enfila su artillería hacia Sudamérica y en especial a Venezuela, mercado al cual está tratando de entrar desde hace algún tiempo con temas como “Te conozco” y “Señora de las cuatro décadas”.

La vida es una metáfora

Nuestros conocimientos sobre su persona se limitan a su música, unos cuantos videos y comentarios de amigos que en Colombia, Ecuador y México lo han oído cantar y por su reciente nominación al premio “Lo Nuestro”.

Mas el hilo telefónico despejó nuestras incógnitas y confirmó las hipótesis. El hombre de escribir quijotesco e imagen recia, es tan real, tan común y corriente que las preguntas pautadas deben ir al cesto de la basura para dejar hablar a un artista cuya esencia va más allá del glamour del estrellato.

Y es que Ricardo Arjona es de esas personas a las que uno le pregunta “¿Cómo estás?” y suelen contestar con desparpajo “Aquí, jodido pero contento”. El es de los que sólo son militares de la vida, y por eso no le ponen limitantes metas e intenta aderezarla a punta de sarcasmo.

“Yo entiendo la vida como una especie de historia que no se define. Me gusta vivir sorprendiéndome y odio que se acaben las utopías”.

Su afán de existir con un constante cosquilleo en el estómago es lo que, tal vez, lo pone a combatir con molinos imaginarios, vestidos de conflictos reales a los cuales sazona en sus canciones con una pizca de humor negro.

-¿Hasta qué punto las metáforas son una genial manera de endulzar realidades?

-Ellas las endulzan o encrudecen. Creo que alguien como yo, que se convierte en una suerte de ladrón de momentos, o de historias, debe decir una cruda realidad a través de una situación que despierta risa o mejor, ironizar sobre la vida para enseñar a reírse de ella.

En el pellejo de otros

“Historias”, su más reciente producción musical, es un conglomerado de narraciones en las que el cantautor se transforma en una suerte de un cuentista a veces omnisciente, y otras, testigo o protagonista.

“Estos recursos los empleo porqué definitivamente no soy un hombre de mundo. Traté de meterme en el pellejo de otros, de jugar un poco a ser actor y vivir distintas historias”.

Aunque afirma que en los menesteres histriónicos no es ducho, su nombre se oyó para el rol de “Juan del Diablo” en la exitosa telenovela mexicana “Corazón salvaje”, con la cual se proyectó Eduardo Palomo no sólo como actor sino como cantante.

“Cuando me ofrecieron el papel pensé en que había mucha gente haciendo cosas que no sabía, y no quería ser uno más de ésos”.

Sus canciones no son fáciles. Poseen una estructura propia tan singular que sólo podrían ser comparadas con piezas hechas por Joaquín Sabina. Ese afán por ironizar la cotidianidad, cantarle a las “puritanas de los burdeles” y de hurgar en los sentimientos de una manera más realista, lo convierten en todo un trovador contemporáneo.

-Como Joaquín Sabina ¿piensas que cada quien guarda un boulevard de sueños rotos?

-Traté de dejar de sufrir hace mucho tiempo. Por eso ahora no me impongo metas, pues descubrí que cuando comienzas a planificar la vida pierdes el sentido. De repente yo también he tenido un boulevard de sueños rotos, pero al menos ahora tengo menos. Yo no vivo para complacer a nadie, y pienso que cuando caes en eso te conviertes en un fabricante. Ahora sólo escribo para mí.

-“Historias” es un conjunto de relatos aderezados con sonoridades estudiadas ¿Tienes algún criterio para ponerle música a las letras?

-Aunque parezca mentira, escribo las dos cosas al mismo tiempo. Pero tengo preferencia por cuidar las letras. La música es como el vestuario y como nace de un concepto de libertad, es algo muy compacto.

-¿Cómo es Arjona en escena?

-No soy sólo yo. Somos 9 locos pasándola bien e intentando integrar al público. En escena me siento realmente vivo, es como si me reconciliara con todo. Espero poder presentarme en Venezuela muy pronto.

Fuente: VENEZUELA, Diario “El Nacional”