domingo, 25 de septiembre de 1994

SI EL VIEJO HERÓDOTO ESCUCHARA...

Si el viejo Heródoto escuchara alguna de las historias de Ricardo Arjona estaría contento. El guatemalteco cautiva con sus narraciones, crónicas y cuentos convertidas en canciones.

Arjona tiene una carrera más que veloz en la música popular del continente y ha recuperado el sitial que los juglares o los cantautores tienen en la canción. Su estilo directo, de metáfora sencilla y profunda, es un pariente de Sabina, del chileno Eduardo PERALTA, Litto Nebbia o del uruguayo Jaime Roos.

Utilizando la irónica crítica, el sarcasmo y lo cotidiano, el cantautor centroamericano es capaz de comunicar y decir, de hacer una canción inteligente y con sentido, sin alcanzar la belleza de sus directas influencias, pero con una eficacia que asombra.

Parte importante de su poética está nutrida del acontecer diario, con el que cualquiera puede identificarse. Por sus canciones desfilan personajes comunes y corrientes, solitarios, amantes, locos.

Arjona parodia la política, el amor, las infidelidades, las locuras de los grandes y de los chicos, el sinsentido del mundo contemporáneo.

Musicalmente, el cantante tiene una base rocanrolera, pero sus canciones tiene algo de blues, country, sin olvidar la balada. Estilos que se complementan con su voz timbrada y afinada.

LAS HISTORIAS CON HISTORIA

“Historias” (Sony Music) es el cuarto álbum de Arjona, con el que se despegó del éxito de “Mujeres” y “Jesús es verbo, no sustantivo”.

Ahora el cantautor canta canciones con historia, canciones unitarias. De esas que tiene principio, desarrollo y final. Sin nada de moralizante, pero con una alta cuota de ironía, sarcástico. Arjona emociona, conmueve y divierte. Lo que es harto.

El álbum tuvo su propio devenir. Es el resultado de la madurez creativa del autor y también parte interesante de su pasado artístico.

“Con este disco –ha dicho- me sentí totalmente libre. Interpretar diversos personajes fue una experiencia maravillosa porque quería deshacerme de mí”

Ricardo Arjona canta desde que era estudiante universitario y plasmó una buena parte de esa época en sus “Historias”. Escribía canciones por gusto y no para quedar bien con nadie. Su sello grabador, ante el rotundo éxito de su álbum anterior, decidió darle total libertad en la temática de sus nuevas canciones.

Armó siete canciones-historias de amor y otras en que reflexiona y media acerca del impacto de los medios de comunicación, lo sorpresiva que se vuelve de pronto la vida, los tormentos del desamor y la soledad o de la vida de los jóvenes vacíos e indolentes.

CANTANDO SUS HISTORIAS

Lo primero que hace el guatemalteco es inventarse personajes con poder en “Si yo fuera”. Imagina ser diputado, cardenal, Rey de Inglaterra o Demi Moore.

La canción en el más puro estilo rock and roll, deja de manifiesto el arte poético del cantautor. Canta, “soy aprendiz de cantautor, buscando historias en los cocktailes, puritanas en los burdeles,... humanos en las dictaduras...”

Con “Señora de las cuatro décadas”, Arjona saca a relucir sus “rollos” de amor. Se trata de un amor platónico entre un joven de veinte y una señora de cuarenta. Una balada con rasgos autobiográficos, con buen arreglo, sobre todo en las cuerdas.

Con una breve introducción acústica y barroca en “Casa de locos”, Arjona despliega todo su humor ácido acerca de una situación común y corriente; el marido allegado donde sus suegros. “Ya no puedo seguir aguantando tanto, a la infame de tu abuela y a tu viejo que es un espanto, a tu madre y su comida francesa, que en vez de hambre me da tristeza...”

Ricardo Arjona humaniza a un chofer en la “Historia de taxi”, canción con toques de soul latino y rock. Reveladora crónica urbana con personajes solitarios y urgentes de amor. “Entramos el precisamente abrazaba a una chica, mira si es grande el destino y esta ciudad es chica, era mi mujer... que es lo que hace un taxista seduciendo a la vida”. Al final todo vuelve a repetirse, con el taxista que recoge a una rubia encantadora.

Pero si la sorpresa fue el elemento vital de la canción anterior, en “La noche te trae sorpresas”, la sorpresa se vuelve absurdo, con un surrealismo lleno de enredos, tipo Woody Allen, y comedia. “Te sientes dueño del mundo y te dejan con cara de asustado... mi socio pilló a un fulano y ella ligó a una vecina...”

El poder convincente de las telenovelas está en “Amor de tele”, una balada donde un tipo se enamora de un personaje de la televisión, al punto que es a través de su amor imaginario. “Te amo si te vas o regresas... te diría que siento por dentro, cada vez que te besa un mequetrefe...”. Pero de pronto descubre que algo anda mal y el enamorado descubre que “tu sonrisa era de archivo, que era ficticio el lunar gris y tendré que conformarme de 6 a 7...”

Otras canciones de amor en su estilo son: “Te conozco”, el primer sencillo del cantautor, “Ayúdame Freud”, una especie de consulta canción, con sicoanálisis incluido, donde un paciente no puede sacarse a su novia del inconciente, “Realmente no estoy tan solo”, donde la imaginación rebasa todos los límites de un enamorado solitario.

Por último, con “Del otro lado del sol” un extraterreste decide volver a su planeta después de ver que “no por casualidad Tierra rima con guerra, humano con tirano, y hay mujeres que perfuman su indecencia con Channel y disfrazan del Oscar de la Renta un cuerpo infiel...” Un encuentro -canta Arjona- “más triste que un blues, será mejor ir preparando mi maleta, pues prefiero morir de sed en mi planeta, a ser un personaje más de esta triste historieta...”

Ricardo Arjona es un cantante con el que uno se vuelve cómplice al escuchar sus envolventes y verídicas historias.

Fuente: CHILE, Diario El Sur

viernes, 23 de septiembre de 1994

EN CUATRO RUEDAS

En 6 minutos y 42 segundos la vida le cambia a Ricardo Arjona, en “Historia de Taxi”, un clip con todos los sabores y olores del drama de la desilusión amorosa, la búsqueda casual o conciente de otra pareja... y una gran sorpresa.

Como en todo cuento, un comienzo: el taxista discute-pelea con su esposa. Entonces, el hombre buscará embrutecerse en el trabajo. Sube a su taxi y canta: “Mi mujer y mi horario/ han abierto un abismo”.

De ahí para adelante, la ciudad (Ciudad de México) ingresa de lleno a la pantalla. Urbe gigante, ebullición nocturna y soledad, a pesar de todo, recorrida sin demasiado apuro para facilitar la captura de pasajeros (as) y describir lo que se asoma. “Eran las 10 de la noche/ y piloteaba mi nave...”, sigue cantando Arjona.

Arjona es un autor que mira con intención de profundizar en las cosas de la vida, tratando de dar a luz a lo que no es evidente: un gesto, una sugerencia, una tristeza, una lágrima, una esperanza. ¿Algo más? “Es lo que hace un taxista, seduciendo a la vida”, dice la canción.

Recorriendo, recorriendo las calles, aparece la llorosa y rubia pasajera que, con el tiempo, continuará haciendo “parar siempre el taxi/ a las 10 de la noche/ en el mismo lugar”. Es la oportunidad para que la niña rica tenga un romance en su lujosa casa (“Le besé hasta la sombra/ y un poco más”, recuerda el taxista). Pero hay también una historia paralela, entre el rico y la pobre que hará exclamar a Arjona: “Mira que grande el destino/ y la ciudad tan chica”...

En blanco y negro fue hecho este video al que se le dio un tratamiento en sepia, mediante computadoras, en la etapa de posproducción, recurso que combinado con el excelente trabajo de iluminación de los ambientes nocturnos, más la opción de fotografiar, congelar y usar cámara lenta en ciertos tramos, dio como resultado esta atractiva historia en cuatro ruedas (L.P.I)

Fuente: CHILE, Diario La Tercera

sábado, 17 de septiembre de 1994

MÚSICA: "HISTORIAS"

Letras originales, divertidas y que no suenan a copia, forman el grueso de el álbum de Ricardo Arjona, titulado simplemente “Historias”. Y con razón, ya que la mayoría de los temas son verdaderos relatos de vivencias personales.

Piano, violines, batería, guitarra y bajo se destacan en las canciones como la balada promocional “Te conozco”, que habla de un amor mal terminado, el country “Historia del portero” y la cadenciosa “Historia de taxi”, que acelera el ritmo.

Fuente: CHILE, Diario “Austral”